Los iones con carga negativa se denominan aniones, ya que migran hacia el ánodo durante la electrólisis. Los aniones se forman por la absorción de un electrón.

Un anión es un ion con carga negativa. En un campo eléctrico, siempre se mueve en dirección al ánodo cargado positivamente, por ejemplo, durante la electrólisis. Los aniones se forman a partir de átomos o moléculas aceptando o liberando electrones de los iones de hidrógeno H+.

Los aniones, por ejemplo los óxidos (O2-) o los aniones sulfuro (S2), pueden formar una gran variedad de compuestos al combinarse con diferentes cationes. De los aniones individuales se derivan, por tanto, clases enteras de compuestos, en este ejemplo los óxidos y los sulfuros, que forman muchos minerales y rocas y son, por tanto, especialmente importantes en mineralogía y metalurgia.

Además, todas las sales constan siempre de cationes y aniones, según los cuales pueden clasificarse en las clases de sustancias correspondientes, como sulfatos, carbonatos, cloruros, etc. Por tanto, el término sulfato tiene dos aspectos en este contexto: Por un lado, representa un único ion sulfato, pero por otro también representa la clase de sustancias de los sulfatos.

Como casi todos los átomos o moléculas pueden cargarse negativamente en condiciones adecuadas, existen muchos aniones posibles. Por ello, la siguiente lista sólo contiene aniones de los que se derivan importantes clases de sustancias.

Los iones de residuo ácido o los residuos ácidos se derivan de los ácidos respectivos. Según el siguiente esquema, un ácido HnA libera protones y se forma un residuo ácido An-:

En la bibliografía, los iones completamente desprotonados (S2-, SO42- y CO32-) se denominan residuos ácidos, mientras que los iones incompletamente desprotonados, como el HCO3-, se denominan residuos básicos.

El término disociación se utiliza para describir una reacción en la que un compuesto en disolución se divide en sus iones individuales. Este esquema describe una disociación y no una reacción en disolución.