Según la norma, las organizaciones deben supervisar y revisar las cuestiones que puedan afectar a sus operaciones o a su viabilidad a largo plazo. La importancia viene determinada por el contexto o las necesidades de los afectados. Si surgen cambios relevantes, deben incorporarse al sistema para que los procesos futuros puedan beneficiarse de ellos.

La norma exige que se documenten las interacciones entre los procesos relevantes para la calidad. Esto también debe garantizarse para todas las funciones:

• Formulación clara de las tareas que deben realizarse

• Definición de responsabilidades, competencias e interfaces

• Suministro de los recursos necesarios para el cumplimiento

• Seguimiento de la aplicación de los procesos y evaluación de su éxito

• Identificación sistemática de riesgos y oportunidades

La orientación al cliente y el consiguiente aumento de su satisfacción son componentes clave de la mejora continua.

El procedimiento paso a paso sigue el ciclo PDCA para poder analizar y mejorar constantemente todos los procesos operativos.

Los riesgos y oportunidades son importantes en relación con los objetivos y procesos de una organización. Los riesgos y oportunidades deben evaluarse cada vez que se introduzca, mantenga o mejore el sistema de gestión de la calidad o sus procesos. Al anticiparse a los acontecimientos y planificar en consecuencia, las organizaciones están en mejores condiciones de evitar que se produzcan problemas.